El protagonista no tiene nombre
Simplemente fotografía a la gente.
Raro es el día que no sale a la calle
Y analiza completamente cada detalle.
No tiene amigos, solamente sus fotos.
No tiene familia
Solo algunos recuerdos rotos.
El fotógrafo revela pausadamente,
No tiene prisa.
Un día, mira por una gran ventana, en la calle apenas hay corriente.
Es testigo de posiblemente lo más bello que ha podido observar en su vida,
Es la mujer más bella, a él sus ojos no le mienten.
Rápidamente prepara su cámara,
Pero algo falla
No solo quiere fotografiarla.
El fotógrafo desea conocer sus pensamientos, cómo es ella en realidad.
Él sale a la calle
La alcanza con gran facilidad
El fotógrafo pregunta: -deseo saber quien eres-.
La mujer no da crédito,
Ese muchacho la agarra muy fuerte, incluso llega a hacerle daño.
Ella se resiste y él, sin pensarlo dos veces
Golpea su cámara contra la delicada cabeza femenina.
-Nadie te ha visto-, piensa el fotógrafo
Tengo que inmortalizarla,
Resulta algo extraño esto último.
Cuatro fotos realizadas velozmente en diferentes planos cercanos.
El muchacho vuelve a su casa.
Reveladas han sido
El fotógrafo no había visto nunca tan bello en algo tan pequeño.
Los muertos inmortalizados.
¿Acaso hay algo mejor para este chico?
Él medita profundamente
-¿Qué estoy haciendo?, ¡mírate!
De fotógrafo a psicópata
Acaba de entrar realmente en la locura.
Pasaron los días y él llamó a varias prostitutas.
No tiene prisa
Muertas las dejaba en el cuarto oscuro,
Donde mismamente él revelaba las fotos.
Una a una las iba fotografiando
No había visto nada tan bello.
Y finalmente todo quedaba resumido
En algo muy pequeño.
miércoles, 20 de enero de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)